LOS COMIENZOS

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Habiendo heredado la tradición familiar desde 1923 en la Relojería Suiza instalada en la calle Miracruz 14 del Barrio donostiarra de Gros por Leoncio González Miguel y su esposa Ascensión Larrauri Olarte, continuada por su hijo Javier González Larrauri y Ana María Bastida Chapartegui.

En la actualidad, regentan la Joyería González Larrauri en la esquina privilegiada de la calle Urbieta 2 sus hijos Virginia y Esteban González Bastida, ofreciendo la selección de joyería de las más importantes marcas desde su propia personalidad.

HISTORIA DE NUESTRO LOCAL

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Tras el derribo de las murallas, el año 1863, y construido el ensanche Cortázar, entre la Alameda y la Avenida de la Libertad, comenzó el diseño de lo que se llamaria Ensanche de Amara por ser la zona que más se acercaba al caserio Amara.

Abarcaba esta zona desde la Avenida de la Libertad hasta lo que más tarde seria conocido como Plaza del Centenario, y en la actualidad llamamos área romántica.

Las primeras construcciones de este nuevo barrio donostiarra comenzaron en el lado de los impares de la Avenida, haciendo esquina con las calles Guetaria, Fuenterrabia, Loyola y Urbieta.

Así, el 14 de marzo de 1881, el arquitecto municipal Nemesio Barrio daba el visto bueno a los planos presentados por el Marqués de Valmediano para la construcción de una casa de tres plantas en el número dos de la calle Urbieta. El edificio terminó de construirse el año 1882.

Su vida seria de 81 años, dado que el 7 de marzo de 1963 fue autorizado su derribo a petición de don José Azurmendi, a la sazón propietario de la finca.

En su nombre, el arquitecto don Luis Alustiza Garagalza presentó, el 16 de abril de 1964, un proyecto de reforma del edificio destinándolo a la construcción de 14 viviendas y bajos comerciales. La nueva casa tendría nueve plantas y estaba considerada como de interés turístico de primer orden por lo que el grado de su estética debía ser, también, de primera categoría. La autorización para el nuevo edificio tuvo lugar con la condición de que fuera destinado a residencias con tolerancia para comercios y oficinas.

Colaboración de Javier María Sada.

HISTORIA DE LA CALLE URBIETA

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Se trata de una de las principales arterias de la ciudad, ubicada en el área romántica, que comienza en el cruce formado por la calle Aldamar y la Avenida de la Libertad y termina en la Plaza del Centenario. Calle eminentemente comercial, ha conocido establecimientos de gran prestigio, y hoy desaparecidos, como las Pastelerías Ayestarán y Maiz, la Villa Mourisco, los Hoteles Correo y José Mari, éste último destruido por un incendio en los años ochenta… La denominación fue acordada en sesión municipal de fecha 12 de septiembre de 1866, en recuerdo del Capitán Juan de Urbieta.

El Capitán Juan de Urbieta nació en Hernani. Fue Caballero de la Orden de Santiago y Continuo de S.A. Adquirió popularidad por haber sido quien hizo prisionero al rey Francisco I, en la batalla de Pavia (Italia), el 24 de febrero de 1525, si bien es cierto que disputó el protagonismo de la aprehensión con Diego de Avila, Alonso Pita y Juan de Aldana.

Murió en su villa natal el 23 de agosto de 1553, siendo enterrado al pie del presbiterio de la iglesia parroquial. Sus restos mortales fueron ultrajados, dos siglos y medio después de su muerte, por las tropas francesas, durante la Guerra de la Independencia.

En origen la calle contó con árboles en ambos lados. Al final de los años cincuenta, de acuerdo con la filosofía de la época, encaminada a favorecer el tráfico rodado en contra de los derechos de los peatones, se estrecharon las aceras y se talaron los árboles. Ya en tiempos más recientes, concretamente en la década de los ochenta, se realizaron obras que pretendían devolver a la calle su carácter de vía urbana arbolada. Se desarrolló la primera fase del proyecto, que incluía la plantación de árboles en el lado de los pares, estando pendiente, veinte años más tarde, de realizar la segunda fase.

Entre los edificios notables de la calle, que merecen ser destacados, figuran el antiguo Cine Bellas Artes, y el Mercado de San Martín.

El 1 de julio de 1885 se inauguró en el número 7 de esta calle, es decir, en su esquina con la calle San Marcial, donde más tarde estuvo la Pastelería Maiz, la primera parroquia provisional de lo que entonces se conocía como nuevo Ensanche de Amara. El 25 de marzo de 1888, con el nombre de Sagrado Corazón, fue trasladada al edificio contiguo, hoy Mercado de San Martín, desapareciendo al construirse el Buen Pastor en 1897.

El Cine Bellas Artes, en el número 61 de la calle, junto a la Plaza del Centenario, se inauguró el 12 de septiembre de 1914 y al año siguiente pasó, igualmente, a ser la sede del Orfeón Donostiarra. La citada masa coral permaneció en este edificio hasta el año 1977 y, cerrado el cine, fue utilizado por la Orquesta de Euskadi.

Tanto el Mercado de San Martín como el Cine Bellas Artes están inmersos en planes de reconversión que modificarán lo que hasta el presente han supuesto para la vida popular de la ciudad. También se encuentran en esta calle las Escuelas de Amara y, aunque sea de forma lateral, el Centro Cultural Koldo Mitxelena.

Colaboración de Javier María Sada.